Blog de corneadores, cornudos y esposas abiertas y sueltas Gracias por visitar www. Tus opiniones, fotos, videos, experiencias Podéis enviarlas a mi correo, corneador. También lo podéis hacer en mi correo, corneador. Recuerda que no es lo mismo ser un cornudo feliz que un cabrón amargado.
Después de las navidades le conté, exigido a la gran confianza que tenemos entre nosotros, lo sucedido entre mi esposa y un amigo de individuo de mis hijos. Por mi parte también me cuido mucho y practico mucho deporte. Todo empezó con un viaje que hicieron mi mujer y algunas amigas suyas del gimnasio para una actividad de fin de semana. Pensamos en varios lugares Portugal, Baleares, etc. Sin embargo, nunca sabes lo que va a ocurrir hasta que realmente lo intentas.
Entonces te recomendamos descargar el libro del Maestro del pene desde aquí para asi descubrir los mejores trucos para aumentar su tamaño de forma segura. Esta es nuestra opinión es la clave, aunque hay otras muchas cosas, también de gran importancia que debes de tener en cuenta a la hora de tratar de seducir a una mujer casada. Una recomendación, prostitución de mostrarte diferente, pero no extremadamente diferente. Si tratas de seducir a una mujer casada hecho un auténtico asco y vestido por ejemplo con que te compraste hace años, empiezas muy mal por mucho que te muestres como una persona diferente. Las mujeres casadas buscan algo diferente, empero no algo que por ser aparte empeore a su marido. Muéstrate aparte y busca los puntos débiles de su matrimonio. Otro aspecto importante es que descubras los puntos débiles del matrimonio de la mujer a la que pretendes seducir.
Me gustaria escuchar mas comentarios de amistades cornudos felices como yo y que opinan de mi ex puta madama ya que esta muy buena tiene linda cola y piernas y 40 anos bien llevados. Como a todos, me ha costado mucho tiempo el ser un cornudo feliz. Mi esposa dice que le gustaría pero que qué tal si las cosas salen mal, si después no nos dejan en paz y comentarios así. En principio considero que efectivamente quiere hacerlo, pero el miedo le gana. Cada vez que puedo, en la familiaridad y fuera de ella, saco el tema a relucir y ella parece que se pone incómoda, aunque le brillan los ojos y pone una carita de viciosa que te dan ganas de cogértela en ese santiamén.