Amistad

Destruí mi matrimonio por una amante en el trabajo

Necesito conocer a 681168

Este artículo ya fue guardado Para consultarlo en otro momento, visite su zona de usuario. Artículo guardado Para consultarlo en otro momento, visite su zona de usuario. Trabajaba en una importante compañía local donde tenía un cargo gerencial. No recuerdo cómo se inició todo, pero me empecé a sentir atraído por una de mis colaboradoras, sobre quien yo ejercía una jefatura.

A veces parece que no hay faceta de que los hombres hagan lo que quieres o necesitas de ellos. Pero hay mujeres que saben lograr que sus parejas hagan lo que ellas quieren. Lograr que un macho haga lo que una desea no es tan difícil como pudiéramos figurarse. Sé sexy, pero aparenta ingenuidad: Cuando esté frente a ti míralo bastante sexy, pero pareciendo a la tiempo ingenua. Sé agradecida, nunca te muestres manipuladora: No le presiones ni le chantajees, eso mata pasiones. Nada de estar sacando en cara lo que has hecho por él. No descuides tu apariencia: Luce siempre muy sexy, muy bien cuidada en todos los aspectos; recuerda que todo entra por los ojos; la belleza interna se da con el tiempo.

Bendición a la Sagrada Familia 1. Como han indicado los Padres sinodales, a pesar de las numerosas señales de crisis del matrimonio, «el deseo de familia permanece vivo, especialmente entre los jóvenes, y esto motiva a la Iglesia» [1]. Como respuesta a ese anhelo «el anuncio cristiano relativo a la familia es verdaderamente una buena noticia» [2]. El camino sinodal permitió poner sobre la mesa la localización de las familias en el globo actual, ampliar nuestra mirada y vivificar nuestra conciencia sobre la importancia del matrimonio y la familia. Al mismo tiempo, la complejidad de los temas planteados nos mostró la necesidad de seguir profundizando con libertad algunas cuestiones doctrinales, morales, espirituales y pastorales. Los debates que se dan en los medios de comunicación o en publicaciones, y aun entre ministros de la Iglesia, van desde un deseo libertino de cambiar todo sin suficiente advertencia o fundamentación, a la actitud de pretender resolver todo aplicando normativas generales o derivando conclusiones excesivas de algunas reflexiones teológicas. Recordando que el tiempo es superior al espacio, quiero anclar que no todas las discusiones doctrinales, morales o pastorales deben ser resueltas con intervenciones magisteriales.

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