Si sientes que no encajas con la tuya, te mostramos cómo afrontar esta situación. Sin embargo, debemos saber que cuando nos comprometemos con alguien también lo hacemos con el mundo que le rodea. No estamos obligados a congeniar con las personas de ese mundo, pero sí a tratar de mantener una relación cordial. Una cosa es vivir a cientos de kilómetros de los suegros y cuñados y algo muy diferente es compartir la misma casa o estar a dos manzanas de distancia. Asimismo, otro factor de relevancia lo determina también la relación que tengamos con la propia familia. Dicho vínculo puede ser una gran fuente de felicidad cuando es compartido y cuidado pero, por otro lado, la cercanía también aumenta la probabilidad de que se produzcan roces.
La tarea principal de desarrollo que enfrentan ambos grupos de edad, también es la misma: los niños deben abstenerse de los padres y comenzar a afirmar su propia independencia. Sin bloqueo, todavía no son buenos para regular sus emocionespor lo que los adolescentes son propensos a tomar riesgos y decisiones impulsivas. Aquí hay algunos consejos para navegar por ese nuevo terreno: 1. Valide sus sentimientos. Muestre confianza. Los adolescentes quieren ser tomados en serio, especialmente por sus padres.
La calidad de las relaciones humanas depende en gran medida de la faceta en que nos comunicamos, no únicamente de lo que decimos, sino todavía de la forma en que lo decimos; no sólo de lo que hacemos, sino de los motivos para hacerlo. Cuando la dependencia desequilibrada o el recelo, la hostilidad, las excesivas exigencias y las expectativas distorsionan una relación, estos defectos se manifiestan en la forma en que los cónyuges se comunican entre sí. Puede dar que la mujer en un expectación lamente el hecho de haber acabado en su papel de jefe de familia, sin darse cuenta de que fue ella quien tomó las riendas y manejó toda la situación. Así, mientras dirige al esposo, los hijos, la casa y las finanzas, se siente invadida de compasión por sí misma debido a la gran gabela que tiene que llevar. Si él se mantiene bebiendo todavía, la constante actitud protectora de su mujer le facilita abstenerse de pedir ayuda. Carencia lo incentiva a lograr la austeridad. De hecho, esto no puede hacerse sin provocar una guerra familiar.
Detectar a un Manipulador Emocional: Los manipuladores emocionales suelen ser como lobos con piel de cordero. Suelen ser grandes oradores, le dan la vuelta a las cosas a su conveniencia y embaucan a través de la distorsión cognitiva y la explotación emocional, con la intención de tomar el ejercicio siempre y obtener algunos beneficios o privilegios a expensas de su baja. El manipulador crea a propósito un desequilibrio de poder que le permite inclinar la balanza a su favor y explotar a la otra andoba, pero lo hace sin que sea evidente para su víctima. Utiliza la mentira de forma inteligente e aun pueda a veces negar cosas que ha dicho, confundiéndonos. Con el tiempo la persona manipulada acaba por acarrear una vida que no es la que desea pues, sin darse cuenta, se ha puesto a expensas del manipulador, poniendo por encima a la otra persona frente a las propias necesidades e intereses personales. Al anatomía manipulados se acaba minando nuestra autoestima, autorrespeto, generando inseguridades, tristeza e insatisfacción..
Es verdad que la generosidad es una de esas virtudes que nos hacen ser mejores seres humanos, pero llevada al extremo también puede hacernos abundante daño. Porque la generosidad mal entendida lleva a quien la practica a acabar sintiéndose solo, triste y eternamente insatisfecho. Nos han educado a abecé de repetirnos que, para ser un buen hijo, una buena amiga, esposa, compañero o vecino tenemos que dar, dar y volver a dar; aun cuando estamos cansados, no tenemos tiempo, dinero o ganas. Sin embargo, lo cierto es que cuando damos sin límites y sin permitirnos recibir acabamos mental, física y emocionalmente exhaustos y también vacíos. Tenía tanto miedo de no caer bien y de afincar sola que estaba segura de que así la aceptarían. Hasta que se dio cuenta de que su generosidad no estaba dando los frutos que ella esperaba. Los amigos de Marta se aprovecharon de su inseguridad, empero también ella tuvo parte de asunción en la situación. Y no admitir la respuesta esperada puede llevar a pedir, incluso a exigir a los otros, que respondan como mínimo en la misma proporción a esa generosidad que muchas veces incluso resulta abrumadora. De aquí al victimismo, al enconamiento y al reproche solo hay un paso.