El negocio de la prostitución se ha disparado con la crisis económica. Especialmente delicado es el caso de los jóvenes que venden su cuerpo para salir adelante. Hay que tener una formación», dice. Concha Borrell repite esa frase una y otra vez en sus clases de prostitución. Sus alumnas son seis chicas que quieren ser prostitutas. La lección empieza a primera hora de la mañana en un aula que Concha ha alquilado en el centro de Barcelona. Esta catalana de 42 años es terapeuta sexual y prostituta desde hace ocho años. Las alumnas que van entrando al aula son chicas jóvenes, demasiado en algunos casos, con la experiencia con los hombres que una recién cumplida mayoría de edad te puede dar. También hay alguna mujer que sobrepasa los 40 y que la vida les ha puesto en el camino de la prostitución por una necesidad económica.
Para muchas mujeres, chupar pollas es todo un placer. Disfrutan de hacer amor oral a sus compañeros y no lo ocultan. El arte de beber la polla es un arte que no todas dominan. No se prostitución de imitar a las actrices porno. Cómo hacer mamadas es una de las asignaturas pendientes para muchas chicas, por eso, los hombres van de putas.
Muchas mujeres aseguran haber alcanzado el culminación andando en bicicleta, levantando pesas, practicando yoga o en una clase aeróbica. El nombre proviene de «hangover», que es el malestar del día subsiguiente a una borrachera. En este albur, se trata de una resaca muscular: los dolores que quedan en el cuerpo tras una noche de amor apasionado. Es un juego sexual que se hizo popular con la novelística Cincuenta sombras de Grey. Consiste en atar al compañero usando cuerdas, grilletes, vendas o cintasbajo su consentimiento y sin provocarle daños. Booty call.
Son preguntas que muchos hombres se hacen cuando ya es demasiado tarde; es decir, cuando la chica ha abacería pies en polvorosa. Porque la sexualidad femenina sigue siendo un misterio por resolver, y cada mujer es un mundo que conquistar a base de orgasmos. La base de su enseñanzas, piensa él, es la experiencia. Empero la cruda realidad es que para conseguir un orgasmo o, mejor, un multiorgasmo femenino no basta con fechar lo que resultó con la novia anterior. Hay que explorar cada cuerpo como si fuera un lugar nuevo, virgen, lleno de desconocidos caminos por recorrer. La mayoría de los hombres, embargados por el deseo, se lanzan a la penetración de su noticia amante de forma impetuosa e impaciente. Craso error.
